domingo, 7 de julio de 2013

Amigos.

Además de Noah, tenemos un conejo llamado Poppy. Lleva con nosotros seis meses y ya es el rey de la casa.

Le encanta destrozar revistas.


Subirse a los árboles.


Hacer pipi encima de las personas.


Convertirse en bicho bola.


Comer lechuga.


Y sobre todo, hacer el vago con Noah.


viernes, 5 de julio de 2013

Al agua pato.

Cuando por fin se adaptó al collar, aunque la brujilla se seguía rascando, decidimos darle su primer paseo, y que mejor que aprovechar que todavía no había gente para llevarla a la playa. Como siempre la gruñona estuvo quejándose y arrastrándose por el suelo porque no conocía el lugar y la arena no le gustaba. Hasta que le dimos su balón de fútbol y estuvo en su salsa jugando y mordisqueando.






Noah como buena valiente y curiosa que es, no quería irse de la playa sin darse su primer baño del año. Las ganas se le quitaron cuando al meterse vio que el agua estaba fría y ella empapada, no tardó ni dos segundos en salir corriendo a revolcarse en la arena para secarse. 


Cansada de playa y con un tono más moreno de piel, llegó a casa y se metió en su cama a roncar lo más alto posible para no dejar dormir a nadie.



martes, 2 de julio de 2013

¡¿Qué es esto?!

¡¿ Qué es esto?! Pensaría Noah cuando le pusimos el collar por primera vez. La verdad es que no le gustó nada la idea de tener algo extraño en el cuello, por lo que decidió empezar un duelo contra el collar; se restregaba  por toda la casa para intentar quitárselo, no daba más de dos pasos seguidos para rascarse, lloraba, se iba a un rincón y no salía de allí en todo el día...

Intento de chantaje emocional.

Fue difícil no ceder a quitarle el collar, es hábil en su misión de chantajearnos, pero no haciéndole caso en unos días, Noah vio que todos sus intentos eran fallidos y que la batalla la tenía perdida, por lo que no le quedó más remedio que aceptarlo. 

Resignación.


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